Existen en nuestro planeta tierra unos lugares que parecen ser pequeños paraísos, como el que se cita en la biblia, pero que no hay que morir para encontrarlo, ni haber sido buen pastor de Dios ni nada parecido, simplemente están al alcance de nuestra mano para que podamos disfrutar de sus encantos.
En esta nueva etiqueta, Paraísos en la tierra, voy a ir metiendo los pequeños rincones que he visitado y que merecen ser respetados como tales, como un paraíso, tanto por su flora, su fauna o simplemente el enclave donde esté ubicado que hace de ello un lugar encantador, y que por algún motivo merecen ser nombrados para que se protejan.
Pero, ¿Cual es el resultado? Ya no escribo más, solamente os dejo las imágenes, que hablan por si solas de esta sensación que tuve al visitar uno de estos mágicos lugares.
Baños prefabricados habilitados para el uso de los visitantes
Restos de la basura que deja la gente.
Zona habilitada para el pic-nic.
El aforo del Salto de la Novia.
Y un visitante muy curioso, quizá el más respetuoso...
Para comenzar, mencionaré El Salto de la Novia, en Navajas (Castellón).
La Leyenda:
El Salto de La Novia es un lugar mágico, no sólo por el singular paisaje que nos ofrece el agua y la naturaleza que cobijan el lugar, sino por la historia que da nombre a este bello paraje y que dice así:
Fuente: www.villascostasagunto.com.
Como ya se indica anteriormente, se trata de un lugar mágico, donde la vegetación de ribera autóctona del lugar se encuentra en armonía y gracias a un pequeño retoque de la mano del hombre, aunque algunos esto lo desconocen, se ha formado una pequeña cascada que ofrece una bella estampa al lugar, una vez te adentras en el camino. También llama mucho la atención el montaje de las luces y el escenario que están preparados para la realización de conciertos.
No voy a hablar esta vez de botánica, ni de fauna, lo que me preocupó en esta visita es la explotación que el turismo rural hace de este lugar, ya que al ser pleno verano, era lo que más resaltaba. Puede que porque mis anteriores visitas fueron en épocas del año donde vas al Salto de la Novia y te encuentras sola ante la belleza de este enclave, sola ante la belleza de la flora del lugar, sola ante la impresionante forma que tienen los cortes del barranco, que brindan a la mente a imaginar miles de formas en las rocas que la naturaleza calcárea ha creado a causa de las constantes erosiones. Por ese motivo me chocó tanto la imagen que pude observar, tan distinta a lo que estaba acostumbrada a ver.
No voy a criticar lo preparado o no del lugar para estas actividades, pues la verdad sea dicha, está bastante preparado. Mi crítica se centra en nosotros, los visitantes... ¿Estamos preparados para realizar un turismo rural sostenible con la naturaleza?
A mi parecer, todavía nos falta mucha educación medioambiental para evitar que estos paraísos en la tierra acaben sucumbiendo en manos del ser humano, por muy preparado que esté el lugar. Ahí van unos ejemplos: Por muchas papeleras que pongas en un área recreativa, si el visitante no tiene la educación de tirar sus desechos en ella, ¿De que nos sirve llenar el lugar de papeleras? Si hay W.C. prefabricado para que el visitante haga sus necesidades en él, ¿De que sirve si la gente termina haciéndolo bajo de un pino, o detrás de una zarza?
Este es el principal problema de preservar los enclaves naturales que nos importan. En este caso, El Salto de la Novia, está declarado como Paraje Natural, por ello se ha habilitado para que la gente recorra un itinerario ordenado, hay papeleras, W.C., áreas recreativas con mesas para poder realizar un pic-nic, etc.Pero, ¿Cual es el resultado? Ya no escribo más, solamente os dejo las imágenes, que hablan por si solas de esta sensación que tuve al visitar uno de estos mágicos lugares.
Baños prefabricados habilitados para el uso de los visitantes
Restos de la basura que deja la gente.
Zona habilitada para el pic-nic.
El aforo del Salto de la Novia.
Y un visitante muy curioso, quizá el más respetuoso...
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